Los emprendedores
31/08/2013   Lecturas: 9.292

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Desmayado Felipe González de cosechar parados –una de las especialidades del partido socialista español- tras romper la promesa de no ser jamás el “presidente de 3 millones de desempleados”, dedicó el final de su presidencia a proclamar a bombo y platillo su gran solución contra el paro masivo: el autoempleo. Tras década y media difamando, insultando y desacreditando al empresario (en genérico) que su salida fuera decir a la gente que tenía que crear su propio trabajo -así, de la nada- no dejaba de ser una chufla.

Hoy, Mariano Rajoy con el doble de parados y lejos de prometer irse (y no cumplirlo) como aquel, se aferra al poder como una lapa sin hacer nada –repito, nada- efectivo que saque esta nación adelante. Y es que al socialista trolero y trincón, le ha sucedido, sin solución de continuidad, el democristiano trolero y trincón. Y al trampantojo socialista del autoempleo, el embeleco popular del emprendedor. De ambas figuras lo único que puede afirmarse es su retórica cansina y su intento de cargar sobre la población el desastre labrado, año a año, por los políticos y la corona (“Zapatero sabe bien lo que se hace”). Así hasta más de seis millones de parados.

El menso de Pampillón dice que en España sobran 4 millones de trabajadores que deberían marcharse fuera, empezando por arquitectos e ingenieros de caminos; esto es, junto con los médicos, sus profesionales mejor preparados. Imagino que para que él y sus pariguales sigan haciendo de España un descampado mientras cobran sueldos y retiros exorbitantes.

Si España es un país con una tasa de población activa muy baja y, aun así, el paro es masivo, lo que sobra -creo yo- es la estructura que sustenta esta situación: los pampillones. La nave está desgobernada y va a la deriva aunque, como en el Titanic, la orquesta toque mientras va a pique. A partir de ahí, lo que falta es un mecanismo tipo Revolución Francesa que elimine a quienes, a través de la deformación del sistema de voto, se han garantizado la perpetuidad, presentando como solución a los que han creado el problema. Si sobran 4 millones de trabajadores, hay que declarar en ruina la estructura nacional y construir una nueva totalmente saneada. No tenemos una quemadura solar, tenemos un cáncer en un tercio de nuestra piel: una sociedad no puede cimentar su supervivencia sobre la base de 6 millones de cadáveres.

Hablan de democracia e igualdad quienes han montado un sistema laboral en el que unos trabajadores son despedibles con diez días de indemnización por año trabajado; otros no lo son por menos de cuarenta y no se puede despedir a quien trabaja para el Estado... Para los de cierta edad la pensión será una cantidad que para el que tiene menos de 55 años va a ser un 25 o un 30% menos… ¿Eso es igualdad? ¿Es la igualdad conseguida después de 35 años? Pues que se la metan por su culo socialista o democristiano. Igual me da. Esto no hay Marhuenda que lo defienda.

Hablan de emprendedores una partida de funcionarios y burócratas pringosos que no han pagado una nómina en su vida; profesionales de la política que no han creado un puesto de trabajo; quejosos de que “cobran poco” cuando descubrimos que llevan décadas recibiendo sobre-sueldos. Una jarca de araneros que hablan de gestión cuando no saben lo que es una regla de tres ni sumar cantidades de cuatro cifras. La gente menos preparada de la última centuria. Los emprendedores de Rajoy (¡sólo futbol!) son Cospedal y Floriano y sus víctimas -las mismas desde 1981- los Sergi Arola, asolados a impuestos y cargas fiscales hasta quedar sin nada para pagar el holgorio de la casta político-funcionarial. Pero no se alarmen, porque Soraya está rumiando un plan para crear una comisión que abra un profundo de-váter…, que nos dejará para secretas.