Está Adán en el paraíso solo y aburrido, busca a Dios y le pide una compañera.
Dios le responde que no hay problema pero que le va a costar un ojo, una pierna, un pulmón, las dos manos y un testículo.
Adán se queda pensativo y le contesta:
- ¿Y por una costilla que me darías?...
Las pilas de la calculadora de bolsillo, que han durado todo el curso, se agotarán durante el examen final de matemáticas. Si lleva pilas de recambio, serán defectuosas