La monja, el padre y el salmo 129
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Estaba un sacerdote manejando hacia su parroquia y en la carretera se encuentra con una monja conocida. Se detiene, le dice:
- Madre, suba que la llevo al convento.
La monja sube y se sienta en el asiento del copiloto, hace un cruce de piernas y el hábito se le abre un poquito y se le ve la pierna. El padre se le queda mirando y sigue manejando.
Al rato le toca la pierna y la monja le dice:
- Padre, acuérdese del Salmo 129.
El Padre le pide disculpas y sigue manejando. Al rato le toca la pierna de nuevo y la monja le dice:
- Padre, acuérdese del Salmo 129.
El Padre se excusa diciendo:
- Perdóneme, hermana, pero usted sabe, la carne es débil.
Después de un rato la monja se baja y el Padre llega a su parroquia. Va rapidamente a buscar en la Biblia el Salmo 129. Encuentra el salmo que dice...
- Seguid buscando y allá arriba encontrareis la Gloria...
MORALEJA PARA LOS HOMBRES:
¡Entiendan de una vez por todas que las mujeres jamas les van a decir que sí directamente!
MORALEJA PARA LAS MUJERES:
Si no se quieren quedar con las ganas... ¡¡Hablen claro!! Amen.
¡Pásalo!
1 persona, suerte.
5 personas, buena suerte.
10 personas re-buena suerte.
Pero 0 personas, tendrás 2 años de mala suerte en tu vida física y amorosa. ¡Pásalo!
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