La derecha extrema
24/03/2007   Lecturas: 8.968

Catilina

El PSOE, dizque mirándose al espejo y viendo su imagen reflejada, asacó como gran ocurrencia del momento el dar en llamar al Partido Popular –único partido que no existía en la España de la Guerra Civil del siglo pasado- la derecha extrema. La ocurrencia tiene algún precedente en el propio PSOE, y habla bien del carácter consignista y fascistoide del partido socialista; nos referimos al momento en que Felipe González dio en llamarle bloque inconstitucional intentando sacarles del marco democrático, mientras que lo que ocurría es que se sacaban a sí mismos –tirando de sus propios cabellos, como el barón de Münchhaussen- mientras se dedicaban a saquear el erario público y a asesinar por aquí y por allá.

El problema del PSOE es que, de tanto sobar este tipo de motivos facilones, inocula rápidamente a amplios sectores de la sociedad española a la que le basta que lo diga el PSOE para pensar lo contrario.

Fachas, les ha dado por tildar a los millones de manifestantes que desde la calle están protagonizando un acontecimiento histórico: la contestación sistemática y masiva de la política proterrorista de un gobierno como jamás antes ha sufrido un político en ningún lugar del planeta Tierra. Pero el comportamiento propiamente facha es el del que minimiza la masiva protesta e, incluso, trata de anularla bajo el manto de unas cuantas firmas.

Pero su error es el precedente que crearon cuando se manifestaban unos cuantos sumados a algunos titiriteros y andaban por el Parlamento y los foros de prensa diciendo que el expresidente Aznar no escuchaba la voz de la calle. Pues ellos mismos. En resumidas cuentas, el PSOE se proyecta.

Nadie en su sano juicio puede identificar al PSOE actual con un partido democrático. Antes bien es un partido ustasha, un partido balcánico, un partido/partida que se hace temer desde el radicalismo y la violencia, bien oral, bien física. El PSOE es un partido que dice haber ganado elecciones no habiendo ganado ni una: no ha hecho sino unirse a formaciones de ultraizquierda e independentistas en los pactos más aberrantes que ha conocido esta nación, con el único motivo de tocar pelo, de gobernar. Conclusión: dos que duermen en el mismo colchón se hacen de la misma condición. Y la condición del actual PSOE es ultraizquierda pura y dura, a imagen y semejanza de aquellos con los que eligió maridarse políticamente.

Hoy ya sabemos que pagaremos el gas un 20% más caro porque Zetapé y su zPSOE, traicionando todo cuanto hubieran sostenido anteriormente y uniéndose al sátrapa marroquí (único vínculo que les queda con el mundo exterior junto al sátrapa iraní y el turco) ha decidido declarar que lo que fue Sáhara español es ahora Sáhara marroquí. Zapatero se postula así como candidato al puesto de dirigente traidor de la historia de España por excelencia ¡Qué imagen la de este zopenco la semana pasada cuando Ángela Merkel –el corazón de Uropa- y Condoleeza Rice –el corazón de América- le hacían un corte de mangas y suspendían sus entrevistas con él, dejándole más solo que un ocho. Después, ya no le quedaba más que lanzar amenacitas desde el moro adonde se fue con el culo a 45º en dirección sur-sureste a entregarse al califa norteafricano.

El PSOE, ese partido de inútiles y demagogos, sustentados en su Matrix particular por el diario cómico El País nos ha llevado en unos meses al culo del Mundo, donde tan a gusto parecen encontrarse en el roce diario con todo tipo de dirigentes casposos y golpistones. Y aquí, mientras, los españoles a oír al hombre de la mente en Blanco, que no hace más que lanzar invectivas e insultos –otra cosa no sabe- más afectado y amanerado que nunca. Una verdadera loca en un partido de locos.