Menos rollos y más sindéresis
15/02/2011   Lecturas: 8.355

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Cada día hay en España menos trabajadores que coticen y más pensionistas cuya existencia depende de que se les devuelva, actualizado, el dinero que para su pensión fueron entregando a cuenta al Estado de manera obligatoria. No es que confiaran en él, es que no se les dejó otra opción. En cuyo caso, los políticos, que han dirigido o dirigen el aparato del Estado, imponiendo estas reglas de juego y eliminando otras posibilidades, son enteramente responsables de lo que suceda con sus pensiones.

Como este Estado manirroto ha gastado al momento el dinero adelantado por los trabajadores para su jubilación, es preciso, para que el sistema no se desplome, sostenerlo con las cuantías que mes a mes entrega cada trabajador actual. Dicho de otra manera: el Estado no devuelve a cada trabajador el dinero que le fue detrayendo para su pensión -ese dinero lo gastó hace tiempo- sino que se lo da del que le confía el trabajador actual para su pensión futura. Como vemos, el trabajador español tiene poco que decir en este proceso; solo le cabe entregar obligatoriamente su dinero al aparato del Estado y confiar, sin garantía ninguna, que no le estafen.

En tiempos de bonanza económica -como conocimos en España durante los gobiernos de José María Aznar- las pensiones estaban garantizadas por el simple hecho de que, en aquellos momentos, había suficientes trabajadores cotizando. Pero bastan unos pocos años de gobierno del partido socialista, PSOE, para que la tendencia se invierta y pasemos a la bancarrota, entre otros, del sistema de pensiones. Así fue como lo dejó al marcharse Felipe González (y una España con un 25% de desempleo) y así es como ahora mismo lo tiene el gobierno del PSOE+UGT+CCOO (nuestro desempleo real ronda el 22%, con zonas poblacionales de hasta el 45%) Cifras que hacen temer situaciones pre-revolucionarias como las de Egipto o Túnez.

Por supuesto, el partido socialista jamás responderá de los boquetes que ha inferido a esta nación desde los inicios de su existencia: como todo adolescente, ellos jamás son responsables de nada. La gran ventaja de tirar el dinero que luego faltará para las pensiones en subvencionar medios de comunicación es que te rodeas de una legión de periodistas parásitos que repitan hasta la náusea no hay otra política económica posible (Felipe González) o la culpa no es de Zapatero o es una crisis internacional (como escuchamos hoy en tantos medios)

Desde luego, de quien no es la culpa es del currante o del pequeño empresario que no habitaban estos años en Moncloa haciendo su santa voluntad ni veraneaban como reyes en La Mareta. La tormenta no es culpa del capitán del barco, pero es responsabilidad suya devolver a salvo la nave a puerto, demostrando la pericia y conocimiento suficientes para desenvolverse en una mar agitada. El que no valga para capitán y no acredite la preparación necesaria que no se ponga la gorra y no engañe a la tripulación.

Se reúne el PSOE con la UGT –es decir, consigo mismo- y con CCOO y decide que nos van a dejar como recuerdo de su infausta existencia, una disminución del 25% de las mermadas pensiones españolas, unas de las más bajas de Europa. Al día siguiente, sus voceros lo venden como un gran triunfo del diálogo. Mientras tanto, no han aumentado en todos estos años ni una centésima la imposición a las SICAV, ni recortan un euro de todo el dinero que regalan a las sectas amigas, ni del cáncer de las autonomías, ni rebajan un céntimo del congo entregado a bancos y cajas de ahorro, ni ahorran un ardite de su propio y exclusivo tren de vida... Y ésto si es culpa suya.

Otra economía es posible.