Diálogo, sosiego, moderación... y paro
06/11/2012   Lecturas: 5.897

Catilina

En menos años que necesitó un general cuartelero para levantar un país de la alpargata y el analfabetismo a uno de los puestos destacados en el Mundo, los dos partidos que se reparten el pastel del poder en todos los ámbitos de esta España estrangulada lo han sumido en la pobreza.

Parafraseando al economista José María Gay, la España que han perfilado el PSOE y el PP con su cincel, apoyados en los partidos separatistas, a los que defendían llamándoles ‘moderados’, no es más que un país sin trascendencia hundido por una casta de ladrones –yo no los voy a llamar ‘chorizos’ como hace Gay-, que jamás se han visto satisfechos tras décadas de subir continuamente impuestos y crear tasas sin parar. ¡Ea, ya lo han conseguido! Ahora España es Suecia o Noruega, pero con un paro que no conocen ni muchos países de África y una miseria que sitúa al 25% de la población en la pobreza. Por primera vez en su historia, Cruz Roja dedicaba su campaña anual a España. Esta y no otra es su obra, y no es casualidad: las dos etapas de gobierno socialista han acabado en parecidas cifras de hambruna.

España es hoy una verdadera sentina: la sentina de Rajoy, que es ese sujeto que recauda sin tino el dinero de los ciudadanos para reflotar ayuntamientos, autonomías y corporaciones financieras, que luego les embargan cuentas y viviendas porque no han podido pagar, víctimas del paro que han creado los mismos que han arruinado estas instituciones: los políticos. En eso doy la razón al soberano: “Desde dentro –que es donde estamos todos menos unos cuantos privilegiados- dan ganas de llorar”. A él le dan ganas, pero su pueblo llora de verdad.

Tomás Gómez maldecía hace unos días la obra de los abuelos de quienes están en la Asamblea de Madrid por el PP; pues que vaya imaginando cual va a ser el juicio de los nietos de mañana con los ‘abuelos’ del PSOE de hoy. Porque va a ser demoledora. Comparen los niveles de corrupción y miseria dejados por Felipe González y por Zapatero y vean la semejanza. En resumen, generaciones que solo habrán conocido el paro y la desestabilidad en la vida, mientras verdaderos palurdos accedían a las más altas dignidades por ser perros de presa de los partidos.

En estas, Rajoy se alzará en la historia como aquel político al que una inmensa mayoría de votos le sirvió para consolidar y acorazar a una casta en el poder, sustrayendo a su pueblo la posibilidad de conocer justicia por los desmanes que le han llevado al desempleo y al hambre. En este clima retumban, como pedos en botija, las palabras orondas de Soraya Sáenz –la parlapuñaos del Gobierno- expeliendo las melonadas que le acuden a la cabeza ahora que tiene al marido bien colocado, como no, en Telefónica. Lo malo es que con “diálogo, sosiego y moderación…” no come un pueblo al que han arruinado una casta de habladores semianalfabetos.