Tengo una corazonada
23/09/2009   Lecturas: 7.088

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El próximo 2 de Octubre el Comité Olímpico Internacional decide definitivamente cual será la ciudad que albergue las olimpiadas en 2016; Chicago, Madrid, Tokio y Río de Janeiro se disputan la celebración. El ¿alcalde? de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, dice que tiene una corazonada, pero yo tengo otra bien distinta.

Al parecer, el presidente de honor del comité, marqués de Saramanch, advirtió a Gallardón de que esta vez las cuentas no salen para Madrid. Salían cuando nos jugamos la candidatura frente a Londres para 2012 y perdimos. El sabe bien cómo y los que tenemos buena memoria aún recordamos que Gallardón no dijo una palabra. Igual que con los sucesos del 11-M. El tren pasó entonces sin parar en Madrid y ahora pasará por otra puerta.

La candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos surge cuando el anterior alcalde, José María Álvarez del Manzano, aún ganando al partido socialista, perdió las elecciones frente a los candidatos de su propio partido (Gallardón y Loyola del Palacio) que obtenían muchos más votos que él. Surgieron entonces el proyecto olímpico y llenar Madrid de fuentes como sus ocurrencias más felices. Candidato después a la alcaldía, Gallardón heredó la aventura.

El fascismo del futuro -mecanismo de negar a los ciudadanos su mínima felicidad de hoy en aras de una incierta gran felicidad futura- ha sido la principal estrategia de Gallardón, como ya lo fue de Felipe González aunque en menor medida. Así ha arruinado la ciudad para hundir la M-30 y convertirla en un demencial vial subterráneo, cuya construcción ha supuesto la mayor tortura y puesta en peligro de millones de conductores que se ha permitido hasta ahora cualquier dirigente mundial. Pasábamos cuatro años de incomodidades porque después disfrutaríamos durante años de las obras, decía antes de dejar la capital hipotecada para treinta años. Hoy todo Madrid está como antes estuvo la M-30 y, además, en quiebra, pero al señorito le da lo mismo porque ha cogido nada menos que 10.000 millones de pesetas de la caja y a un grupo de comparsas (algunas de ellas de muy buen ver) y se ha dedicado a recorrer sin rubor más Mundo que Willie Fox, dejándonos por alcalde a un soguilla falto. Hoy, que Madrid está en quiebra y que la presidenta de la Comunidad hace serios intentos por aliviarnos la crisis bajando gastos e impuestos, este canallita –seguramente, el peor alcalde que ha tenido Madrid en su historia- le imputa a cada inmueble un nuevo impuesto, por un servicio que ya daba, a un coste medio que ronda las treinta mil pesetas (no pienso hacerle el favor de expresar las cifras en euros)

Samaranch advertía hoy que había que ser pesimistas, adelantándonos el bofetón final que para mí no será sino motivo de alegría. Lejos de la mayoría de mis conciudadanos soy, como los japoneses, de los que nunca se tragaron esta bola.

Apoyado en gentes cuya vida real es una eterna olimpiada, Gallardón se ha interesado por los madrileños en la medida en que cubríamos el coste de sus fastos, pero se acerca el día en que el cuento no dé más de sí. Entonces, tendrá que dar la cara sin más excusas y hacer de alcalde de Madrid aubque para él, tal vez, ya sea tarde.

Tengo, tengo tengo,
Tú no tienes nada... (canción infantil)