Con confianza saldremos de la crisis
02/03/2010   Lecturas: 7.112

Publio

Dice una campaña publicitaria emprendida por un grupo de empresas del núcleo duro del Estado y las Cámaras de Comercio; esto es, por el PSOE. Recuerden cómo colocaron los socialistas en su presidencia a su ex ministro Javier Gómez Navarro. La izquierda nos inocula el veneno del odio al empresario pero entre bambalinas se reparte con ellos los cargos... Que, según cuando, les desmayan los escrúpulos.

Yo empecé a sentir la dichosa campaña en la Cuatro, esa televisión de Berlusconi que antes lo fue del grupo PRISA, aquella pandilla de logreros ineptos incapaces de llevar un negocio adelante sin que el gobierno de turno garantice sus resultados desde el BOE.

La campaña publicitaria coge 720 millones de pesetas de la saca del dinero que la extorsión del PSOE recauda -al obligar a cualquier empresario quiera o no a pertenecer a la Cámara de Comercio- para repartirlo cómo y entre quienes le conviene. Algo de larga tradición socialista. Un medio crítico con el gobierno anunciaba no ser beneficiario de esta lotería de estraperlo del magnánimo partido-Estado. No sabe este medio la suerte que tiene por no verse siquiera tentado, que da lástima ver a otros vender su credibilidad por un plato de propaganda institucional.

Con confianza, entre todos arreglamos la crisis, dice la soberana memez a la altura de una jet-set casposa de ex oficinistas del INI. Yo creía que de las situaciones difíciles se salía con talento y esfuerzo ¿Pero qué es eso al lado del providencialismo zapaterino que inunda nuestras existencias empequeñeciendo lo que roza? De algo sí estoy seguro, de que la crisis la vamos a pagar los trabajadores mientras los cuates de SICAV nos arrojan al duerno anuncios de confianza ¿Arreglarla? ¿Cómo vamos a arreglar nada si los profesionales de los votos han dejado al pueblo español para pasearse cada cuatro años hasta el colegio electoral, envueltos en un turbio ambiente guerracivilista preparado días antes por pepinos, rubalcabas y chaconas?

Esto se acerca al fin. Un final como aquel de la ruinosa época socialista de Felipe González, cuando ya no sabían qué hacer para contener la sangría nacional –desarmado el ejército rojo- hasta el ministro menos tonto salía con el eslogan del autoempleo. Los socialistas irse no se iban ni con grúa, pero transferían al común el problema del paro mediante el truco del autoempleo. A partir de ese momento si alguien estaba en paro, no era responsabilidad del ejecutivo socialista, era del parado por no autoemplearse (posibilidades hay muchas, le hace decir La Caixa a un disminuido en un anuncio) Aquel gobierno quedaba entonces para permanecer (¡márchese señor González! acertó a decir su oponente) pero renunciando a sacarnos del marasmo y la pobreza. Aquella España en que nadie se había hecho nunca rico tan rápido, aquella España en que nadie movía un guijo si antes no pasaba por cinco intermediarios, aquella España en la que nacieron estas SICAV de ahora que, desde entonces, no han visto aumentados sus impuestos ni una milésima. Aquella España era un lugar en que el trabajo se lo tenía que fabricar quien necesitara alimentar una familia: la España del autoempleo.

Ahora, el Gobierno entona una petenera del mismo autor: entre todos arreglaremos la crisis... Pero si así fuese, si tenemos que sacarnos de la crisis cogidos por nuestros propios cabellos como el barón de Münchhausen ¿para qué necesitamos a los profesionales de los votos y la mole piranesiana de un Estado que nos ahoga?

El gobierno socialista que hace unas semanas anunciaba que estamos saliendo de la crisis, si es que no hemos salido ya, pretende ahora que entre todos arreglemos la crisis ¿Crisis what crisis? ¿Hemos o no hemos salido, en qué quedamos? Mucho me temo que han empezado a tirar la toalla. Queda poco para que oigamos hablar de autoempleo.